EL
MUNDO
12 octubre
2016
Germán González
Un juez considera que hubo una negligencia en la atención médica a
una paciente que quiso reducirse el busto.
El
Juzgado de Primera Instancia número 3 de Barcelona ha condenado al doctor Enric S.C. y a la compañía de seguros que lo representa a
indemnizar con más de 48.500 euros a Rebeca P., por las secuelas que le
quedaron tras hacerse tres operaciones estéticas de pecho entre 2009 y 2011. La
demanda indica que la paciente, de 26 años en el momento de la primera
intervención, decidió someterse a esta actuación estética ya que sus senos
resultaban desproporcionados a su complexión física delgada y estaban caídos.
Ante el pésimo resultado de esta operación, el doctor decidió volver a
intervenir "agravando los defectos estéticos y emocionales" de la
paciente, según la demanda. Por eso hubo una tercera "para corregir
defectos provocados por las dos anteriores", aunque el resultado
"tampoco fue el esperado pues los defectos estéticos en sus senos son más
que evidentes y persisten en la actualidad", además de tener problemas
psicológicos por "estas graves deformidades".
La
paciente, representada por la letrada Mónica Santiago de Vosseler
Abogados, decidió demandar y la juez le ha dado la razón obligando al doctor y
a su aseguradora a abonarle 48.500 euros. Esta cantidad es casi a la mitad de
la cifra inicial reclamada, aunque deben sumarse los intereses legales desde
2012, cuando se interpuso la demanda. La sentencia indica que hubo "mala
praxis" de la actuación médica ya que considera que la "técnica
empleada" por el médico no se ajustó a las características de la paciente
"ni la prótesis utilizada en la primera intervención" era la correcta.
"La mala praxis se revela por sí sola ante la necesidad de realizar dos
intervenciones más para intentar corregir el mal resultado de la primera,
terminando la actora con las secuelas", destaca la magistrada.
El
juzgado considera también que debe sumarse a la indemnización el coste de la
cuarta intervención de la paciente ya que "la misma resulta necesaria para
reparar el mal causado". Para la sentencia, la magistrada tuvo en cuenta
informes médicos que apuntan a una posible negligencia del médico demandado ya
que probablemente "no se atendieron algunos de los criterios previos que
se han de tener en consideración antes de proceder a realizar la
intervención" como la distancia entre los puntos operatorios, la edad
inadecuada de la paciente, el poco contenido mamario y el exceso de piel o el
tamaño del implante.
El
informe médico destaca que, tras tres operaciones, la paciente sufre como
secuelas asimetría mamaria, pecho caído, importantes cicatrices y la
imposibilidad de amamantar a su hijo como consecuencia de las intervenciones.
Estas secuelas también han influido en su estado de ánimo y en su inseguridad
emocional, por la "no aceptación de la autoimagen con pérdida de la
autoestima".